หอพักลุงสุนทร

หอพักลุงสุนทร

ผลลัพธ์ (อังกฤษ) 1:

Lung Sunthon Dormitory

ผลลัพธ์ (อังกฤษ) 2:

Dormitory in Bangkok

ผลลัพธ์ (อังกฤษ) 3:

AbstractEl 18 de mayo de 1928 Jacinto Grau estrenó en el teatro Cómico de Madrid su "farsa tragicómica de hombres y muñecos" "El señor de Pigmalión." La presentación previa de la obra en París (1923) y Praga (1925), así como su contenido crítico frente al negocio teatral español y la postura polémica del autor, fueron aspectos que avivaron la expectación ante el estreno. Consciente del reto, Jacinto Grau, de acuerdo con el primer actor Benito Cibrián, asumió personalmente la supervisión de la puesta en escena, procurando ser coherente con los criterios que venía exponiendo en diversos artículos de crítica teatral con respecto al necesario cuidado en la representación de las obras. En este sentido, Grau contó con la colaboración más eficaz en la dirección artística de Salvador Bartolozzi, dibujante de gran prestigio que daba sus primeros pasos en el mundo de la plástica teatral. Sobreponiéndose a las precarias condiciones de la sala, Bartolozzi supo comprender las sugerencias del texto; la novedosa concepción de las decoraciones, la ajustada caracterización de los actores y el juego colorista del vestuario armonizaban en un conjunto que respondía perfectamente al espíritu de la farsa y potenciaba su visualidad. El artista plasmó una interpretación en la que se advierte la influencia de los "Ballets Rusos" en la estilización del arte popular y primitivo, e imprimió su toque personal acentuando el matiz de infantilización e ingenuidad de los autómatas, adecuado al carácter tragicómico de la farsa. La crítica, dividida al juzgar el texto, coincidió unánime en el aplauso a la labor de Bartolozzi, reconocida por el propio Jacinto Grau, y subrayó su novedad frente al panorama habitual de la escena madrileña. En efecto, el estreno de El señor de Pigmalión puede considerarse como un acontecimiento señalado en el dificultoso proceso de evolución de la moderna escenografía española, y confirma a Salvador Bartolozzi como una de sus figuras más innovadoras y personales.